martes, 22 de diciembre de 2009

Acabo de leer el artículo que publica El Espectador titulado: «Educación, estadística y democracia» y sobre lo cual, mi amigo Daniel Díaz, ya había escrito en su blog bajo el título: «Enseñar cálculo con base en probabilidad y otras cositas». Al respecto, comparto totalmente la posición tanto de Daniel como de Javier Moreno. La verdad, nunca se me había ocurrido pensar que a los estudiantes se les debería enseñar estadística y probabilidad junto con la enseñanza de las matemáticas, y en este momento, se me hace ¡tan obvio!.

Por ahí dicen que «el vivo vive del bobo y el bobo de papá y mamá» y, desafortunádamente, es cierto en muchos casos. Esto se tan cierto en el manejo de la información «estadística» que manejan los medios de comunicación. Pero, ¿qué es mucho en términos estadísiticos?. Este tipo de cuestiones de no poca monta son las que deberíamos conocer porque el lenguaje juega un papel muy importante a la hora de interpretar la realidad.

Yo soy uno de los que piensa que: «una cosa son los hechos y/o resultados y otra, la interpretación que se hace de éstos». Por ejemplo, me acuerdo mucho cuando se hizo el descubrimiento el mapa del genoma humano. Algunos dijeron que con tal acontecimiento se había comprobado la teoría de la evolución. Sin embargo, escuché la opinión de un genetista que afirmaba que con tal acontecimiento apenas se habían descubierto todas las fichas del ajedrez pero faltaba descubrir las reglas del juego, es decir, cómo se jugaba. Por eso me gusta la fenomenología. Nos permite acercarnos a los hechos tratando de evitar al máximo sesgos, juicios y prejuicios previos o actuales.

Lo que pretendo decir no es que haya que evitar hacer interpretaciones. De hecho, ¡las necesitamos!. Lo que me parece importante es poder distinguir los límites entre lo uno y lo otro.

Como bien expresa el artículo de El Espectador, «La estadística es actualmente el lenguaje universal para argumentar y sustentar posiciones. En estadísticas basamos nuestras decisiones económicas, políticas y a veces hasta judiciales (en ellas se sustentan los análisis forenses)». Yo añadiría que también en la estadística basamos nuestra decisión y posición religiosa cualquiera que esta sea. Incluso para no tener alguna. Ya sea para creer que todo esto fue producto del azar o para creer en la existencia de un diseño inteligente.

martes, 7 de julio de 2009

¡Rompiendo el silencio!

¿Cómo quedarse cayado ante la muerte de alguien como Michael Jackson?. Su muerte ha causado tanto impacto como su vida misma. Fue, es y será objeto de muchos comentarios tanto positivos como negativos. "Dicen que no hay muerto malo" y, en esta época se rinde un gran homenaje a este hombre que a pesar de sus escándalos es un gran ícono de la historia musical. Quizás lo que me inspiró a escribir esta entrada no fue tanto su muerte pues de hecho sucedió hace varios días sino el siguiente video que vi en Youtube. Me gustaría que mis lectores lo vieran primero antes de contarles qué me impactó de él.

http://www.youtube.com/watch?v=R3XqTDgX4Us

¿Quién creyera que ese: "Nos vemos en julio" al que se refería Jackson no fuera en vida sino en muerte?.

Nuestra vida es efímera. Nadie puede asegurar nada pues el único que es omnisciente es Dios. Lo que sí podemos es aprovechar y disfrutar cada segundo vivido porque hoy anochecemos pero quien sabe si mañana amanecemos.


Mi propósito no es llevarlos a la melancolía. Simplemente quise aprovechar la anterior reflexión que me generó el video y compartirla con ustedes independientemente de la opinión a favor o en contra que tengan de Michael Jackson. No pretendo endiosarlo pero tampoco creo que es adecuado perder de vista el papel que jugó en la historia humana.


¡Michael Jackson... hiciste que rompiera mi silencio!